Han pasado casi tres años desde que inició la epidemia por COVID-19; un evento que cambió al mundo para siempre y hoy seguimos padeciendo los estragos, no solo en términos de salud, económicos, geopolíticos, sino psicosociales. El virus, la paranoia por temor a contagiarse y el largo confinamiento causó graves daños a la salud física, emocional y mental de millones de personas.

De acuerdo al artículo: “Los estragos psicológicos por la pandemia por COVID-19” del doctor Enrique Chávez-León, coordinador de Posgrado de la Facultad de Psicología de la Universidad Anáhuac México, los pacientes que estuvieron infectados por el virus tienen un riesgo alto de desarrollar depresión y ansiedad, durante y después de la enfermedad (con mayor frecuencia las mujeres). El trastorno por estrés postraumático está presente en un rango de 20% a 30% de los pacientes, revela.

El aislamiento voluntario y el distanciamiento social a nivel psicológico ha implicado riesgos debido a que despiertan sentimientos de incertidumbre, miedo y desesperación. Ocasionan trastornos mentales como ansiedad y depresión y síntomas como el insomnio en la población general, asegura el académico de la Anáhuac.

Un estudio publicado por la revista científica European Neuropsychopharmacology realizado durante la pandemia con más de 55 mil participantes de 40 países, reveló que se registraron múltiples y amplias vulnerabilidades, “desde ansiedad hasta probable depresión y tendencias suicidas a través de la angustia”.

El panorama no es alentador. Todos, cualquiera que sea el ámbito en el que nos desarrollemos, estamos expuestos a factores de riesgo psicosociales, aquellos que pueden provocar trastornos de ansiedad, trastornos no orgánicos del ciclo sueño-vigilia, de estrés y de adaptación. Especialmente en los lugares de trabajo y dependiendo de las actividades que se desempeñen, estamos expuestos a sufrir acontecimientos traumáticos o actos de violencia laboral, como hostigamiento, acoso o malos tratos. Vivimos una era particularmente frágil en la que el bienestar laboral está a prueba.

¿Qué es la NOM 035?

Hoy más que nunca hacen falta disposiciones que vigilen y promuevan el bienestar en todas sus formas. La Norma Oficial Mexicana 035 (NOM-035) entró en vigor hace tres años, curiosamente en octubre del 2019, apenas dos meses antes de la locura que desató el coronavirus y se refiere a los “Factores de Riesgo Psicosocial en el Trabajo: Identificación, análisis y prevención”.

La NOM 035 tiene como objetivo establecer los elementos para identificar, analizar y prevenir los factores de riesgo psicosocial, así como para promover un entorno organizacional favorable en los centros de trabajo, de acuerdo a la Secretaría del Trabajo. La norma se aplica en todo el territorio nacional y de acuerdo al número de trabajadores, cada uno se cataloga en tres niveles que deberán cumplir ciertas disposiciones.

Esta norma contribuye a establecer las condiciones necesarias de trabajo para tener un ambiente seguro y saludable para los colaboradores.

Cifras poco alentadoras

De acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud, ocho de cada 10 trabajadores mexicanos experimentan estrés laboral, y el 50% de las empresas no toman acciones para tratar este problema.

Un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México, en cambio, revela que en nuestro país, el 100% de los trabajadores presenta cierto nivel de estrés laboral y, de ellos, el 60% se encuentra en niveles muy altos, con consecuencias que se reflejan a nivel fisiológico. Además, 85% de las organizaciones mexicanas no tienen las condiciones adecuadas para que sus colaboradores tengan un balance entre vida personal y trabajo, lo que propicia trastornos físicos y psicológicos.

La OCDE determinó 11 indicadores para medir el bienestar en un país; el balance vida-trabajo forma parte de la ecuación, sin embargo, según la investigación del mismo organismo: “Índice para una vida mejor”, México se posiciona en penúltimo lugar en cuanto a este indicador, es decir, es uno de los países donde sus habitantes tienen menos horas para actividades recreativas, para descansar y convivir en familia. Además, un 29% de los trabajadores mexicanos tiene jornadas laborales muy extensas, de las más altas del mundo.

La Organización Internacional del Trabajo estima en una investigación que en nuestro país el estrés laboral podría suponer pérdidas anuales aproximadas de entre 5,000 y 40,000 millones de dólares.

La empresa Kronos llevó a cabo un estudio sobre ausentismo laboral y poco más del 31% de las empresas que participaron refirieron que el ausentismo laboral es un problema serio; en México, la tasa promedio fue de 7.5% del total de los días laborables, lo que se traduce en una pérdida de productividad del 40%, aproximadamente. Las principales causas de ausentismo laboral en México tienen que ver con problemas de salud.

Más vacaciones por ley

Actualmente, el Congreso de México se encuentra en medio de una discusión para hacer modificaciones a la Ley Federal del Trabajo para alargar el periodo vacacional de los trabajadores de 6 a 12 días, al cumplir un año de trabajo en una empresa. México es uno de los países con menos días de vacaciones por ley.

Para muchos especialistas y estudiosos del tema, el impacto de esta nueva ley sobre vacaciones tendría grandes beneficios para la salud mental de los empleados, para su rendimiento y productividad. El hecho de tener más días de descanso podría influir directamente en los aspectos neurológico, emocional y social.

NOM 035: aliada de las empresas

Entre los propósitos de aplicar esta norma están: lograr un entorno organizacional favorable en los espacios de trabajo donde los trabajadores tengan bien definidas sus funciones, que se les brinde capacitación, que participen proactivamente, que se les reconozca y logren un fuerte sentido de pertenencia en la organización.

La NOM 035 debe funcionar como una aliada incondicional de las empresas para tener una plantilla laboral que cumpla con sus funciones de manera satisfactoria, lo que se traducirá en transformar positivamente la productividad y la operación de la empresa; se podrán tener recursos necesarios al alcance de los trabajadores, se podrán eliminar prácticas que no sumen a la organización, además de  reducir la rotación, el ausentismo e identificar áreas de oportunidad.

Por ello, es importante que quienes se encarguen de aplicar la norma conozcan cómo hacerlo, no solo para cumplir con la ley y estar preparados para una inspección laboral, sino también para evitar las multas debido a conductas u omisiones que impliquen riesgos para la salud, vida o seguridad de los empleados.

Las empresas que no cumplan con la norma podrían ser acreedoras a multas que rebasan los 400, 000 pesos. Incluso, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social podría cerrar las operaciones de la organización infractora.

Omisiones de la NOM 035

• Instrumentos para realizar evaluaciones psicológicas a los trabajadores.
• Cuestionario para identificar trastornos mentales.
• Métodos para conocer variables psicológicas internas al individuo, que permitan identificar trastornos de personalidad.
• Evaluaciones relacionadas con el teletrabajo y sus implicaciones.

Obligaciones de los colaboradores en la NOM 035

• Observar las medidas de prevención y, en su caso, de control que dispone esta Norma, así como las que establezca el patrón para: controlar los factores de riesgo psicosocial, colaborar para contar con un entorno organizacional favorable y prevenir actos de violencia laboral.
• Abstenerse de realizar prácticas contrarias al entorno organizacional favorable y actos de violencia laboral.
• Participar en la identificación de los factores de riesgo psicosocial y, en su caso, en la evaluación del entorno organizacional.
• Informar sobre prácticas opuestas al entorno organizacional favorable y denunciar actos de violencia laboral, utilizando los mecanismos que establezca el patrón para tal efecto y/o a través de la comisión de seguridad e higiene.
• Informar por escrito al patrón directamente, a través de los servicios preventivos de seguridad y salud en el trabajo o de la comisión de seguridad e higiene; haber presenciado o sufrido un acontecimiento traumático severo.
• Participar en los eventos de información que proporcione el patrón.
• Someterse a los exámenes médicos y evaluaciones psicológicas que determinan la presente Norma y/o las normas oficiales mexicanas que al respecto emitan la Secretaría de Salud y/o la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, y a falta de éstas, los que indique la institución de seguridad social o privada, o el médico o psicólogo o psiquiatra del centro de trabajo o de la empresa.