1. Nunca los regañes en público.

Lo único que conseguirás con ello es avergonzarlos, en lugar de que escuchen con atención lo que estás tratando enseñarles. ¡Una disciplina certera se hace en privado!

2.Mantén a raya los sobornos.

Y es que en el fondo es una manera de premiar su mala conducta y deja la puerta abierta para que hagan rabietas que los lleven a conseguir lo que quieren. Los niños deben tener claro que no se obtienen recompensas por hacer las cosas bien; es su deber comportarse de modo correcto sin recibir algo a cambio.

3.Cuida su alimentación.

De acuerdo con UNICEF, el hambre limita su capacidad de concentración y ello ocasiona que se comporten mal. Los peques requieren los nutrimentos adecuados para centrarse y, por ende, escucharte.

4. No los compares.

Cada niño posee cualidades que lo hacen brillar. Contrastar su comportamiento con otros sólo genera resentimiento. En cambio, cuando reconoces aquello que hacen bien, mejora su actitud y das pie a que se relacionen con los demás de manera positiva.

fuente: vanidades