De febrero de 2017 y hasta el primer trimestre de este año, el Gobierno federal inyectó 81 mil 820 millones de pesos en subsidios para suavizar los aumentos al precio de las gasolinas. Es el monto que se ha dejado de recaudar por el cobro del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS).
En 2017, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) aplicó estímulos fiscales a este impuesto por el orden de los 67 mil 448 millones, mientras que de enero a marzo de este año, suman 14 mil 372 millones de pesos por este concepto.
La medida de control se tomó luego del gasolinazo, contrario a los argumentos que dio el Presidente Enrique Peña Nieto a principios del año pasado, cuando anunció que dejarían de subsidiar la gasolina (que costaba 200 mil millones anuales), para evitar impactos negativos a programas que son prioritarios para el Gobierno.
A pesar de los subsidios y la libre competencia que inició hace seis meses, política que buscaba mejorar los precios finales al consumidor, las gasolinas se mantienen al alza. Tan sólo este fin de semana, en algunas estaciones de servicio del Estado la Premium alcanzaba los 20.31 pesos.
Esta variación de precios ha obligado a que en las últimas semanas, la SHCP aumente los estímulos fiscales. Durante la semana pasada (del 26 de mayo al 1 de junio), los subsidios aplicados a la cuota del IEPS fueron los más altos en lo que va de 2018: de 75.56% en la Magna, 61.16% en la Premium y 73.02 % en el Diésel.
Durante esa semana, se dejaron de recaudar 3.46 pesos por cada litro de gasolina Magna vendida, si se toma en cuenta que la cuota del IEPS establecida para este año es de 4.59 pesos.
Además de factores como el aumento en los precios del petróleo, el costo por transportar los combustibles y la variación peso-dólar, el académico de la Universidad Panamericana, Alejandro Rodríguez, señala que los altos precios obedecen a que se importa más del 70% de las gasolinas.
A esto se suma que los impuestos van en aumento, como el IEPS que este año creció 6.74 por ciento. Sin embargo, el académico del ITESO, Ignacio Román Morales, aclara que reducirlos no sería la solución: “Si apostamos a ‘le quitamos el impuesto a las gasolinas’, creamos una situación de bancarrota a nivel de Gobiernos estatales y municipales”.
Los más de 81 mil millones de pesos que han dejado de recaudar en el Gobierno federal debido a los subsidios, representan casi el doble de los 41 mil millones de pesos que se estima costará la reconstrucción de las zonas dañadas por el sismo de septiembre pasado.