Durante el primer día de la aplicación de medidas arancelarias al acero y aluminio para México y Canadá, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propuso establecer acuerdos comerciales bilaterales, y por separado, con cada país. Eso prácticamente sepulta las negociaciones por un Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) conjunto entre las tres naciones, conversaciones que iniciaron el 16 de agosto de 2017.
“Ha sido un mal negocio para Estados Unidos desde el primer día”, dijo el mandatario estadounidense. “Perdemos mucho dinero con Canadá y perdemos una fortuna con México. Y no va a suceder así nunca más”.
Explicó que no le importaría ver un TLC con un nombre diferente, pues se puede hacer un acuerdo con Canadá y otro con México. “Son dos países muy distintos”, afirmó. El magnate también se quejó de que México “prácticamente se ha robado la industria automotriz”, una de las insignias de la economía en su país.
En ese sentido, el secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio González Anaya, explicó que el impacto del aumento arancelario será “casi nulo” en el país, aunque reconoció que sí será un factor más de incertidumbre para desarrollar nuevas inversiones. “Es complicado tener un TLC antes del 1 de julio (el día de la elección), y más cuando de repente se toman medidas de esta naturaleza”, indicó.