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Como atender la sensibilidad Dental

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Tomar un helado o una bebida con hielo y sentir una punzada en el diente es una de las sensaciones más incómodas en la boca. Los alimentos fríos suelen desencadenar este problema que conocemos como sensibilidad dental.

Comidas y bebidas frescas, que deberían disfrutarse, pueden convertirse en una verdadera tortura. Los alimentos más comunes pueden dar origen a ese dolor agudo e inesperado en los dientes.

Las causas que ocasionan la hipersensibilidad en las piezas dentarias son variadas y aquí te las contamos. Sigue leyendo y entérate la relación de los alimentos fríos con la sensibilidad dental.

La sensibilidad dental

La hipersensibilidad dentaria es ese dolor agudo y de corta duración que se siente en los dientes ante ciertos estímulos. Factores mecánicos, como el cepillado; químicos, como sustancias dulces o ácidas; o térmicos, como los alimentos fríos o calientes, pueden desencadenar la sensibilidad dental.

Para comprender cómo se produce la sensibilidad dental es necesario conocer cómo están conformados los elementos dentarios. De afuera hacia adentro, las piezas están formados por el esmalte en la corona y el cemento en la raíz, luego la dentina y en la parte más interna se encuentra la pulpa.

El esmalte es el tejido duro que recubre y rodea la corona dentaria, por lo tanto, es la zona del diente que contacta con el exterior. Es muy resistente y al no poseer terminaciones nerviosas, no siente dolor. Su función principal es la de proteger las estructuras internas del diente.

Por dentro se encuentra la dentina. Esta estructura dura es más porosa que el esmalte. En su espesor contiene múltiples canalículos que la conectan con el tejido pulpar.

En la zona más interna del diente se encuentra la pulpa. Es una región de tejido blando que contiene vasos sanguíneos, nervios y células dentales especializadas. En esta área es donde se inicia el dolor dental.

En la zona de la raíz dentaria, la dentina está cubierta por un tejido duro llamado cemento radicular. El mismo, en conjunto con las fibras periodontales y el hueso alveolar, se encarga de sostener y mantener en su lugar a las piezas dentarias. Pero está cubierto por la encía, que lo protege del exterior y también ayuda a sostener a los dientes en su sitio.

La sensibilidad dental aparece cuando la pieza dentaria no está protegida de manera correcta. Esto quiere decir que hay una pérdida del esmalte que la recubre, o bien las encías están retraídas y hay tejido radicular en contacto con el exterior.

¿Qué sucede en los dientes cuándo tenemos sensibilidad dental?

Como ya mencionamos, la dentina es un tejido poroso que posee canales microscópicos que la conectan con el tejido pulpar. Al quedar expuesta por la falta de protección del esmalte o la encía, los estímulos externos ocasionan cambios que se traducen como dolor.

El contacto de los túbulos dentinarios con estímulos mecánicos, de presión, químicos o térmicos generan movimientos en el fluido que contienen en su interior. Estos desplazamientos y cambios de presión estimulan los nervios de la pulpa y aparece el dolor dentario.

Si además, la pulpa está sufriendo un proceso inflamatorio, esta reacción es mucho más notoria. Existen estudios que demuestran que el 30 % de la población adulta sufre este tipo de problemas. La incidencia aumenta con la edad hasta los 40 años, siendo más frecuente entre los 20 y los 30 años.

A medida que la persona envejece, la disminución de la hipersensibilidad dental podría deberse a los cambios escleróticos de los túbulos dentinarios. Al reducirse el diámetro de estos canalículos de la dentina, el movimiento del fluido dentinario es menor.

Estructura de los dientes con sensibilidad.
Cuando quedan expuestas al exterior partes del diente que deberían estar cubiertas, aumenta el riesgo de hipersensibilidad.

Relación de la sensibilidad dental con los alimentos fríos

Una dentina expuesta no está preparada para entrar en contacto con las presiones, los roces, las sustancias químicas y los cambios de temperatura que suceden en la boca, sobre todo al alimentarnos. Es así que comer alimentos fríos puede desencadenar la sensibilidad dental.

Incluso, las bajas temperaturas son uno de los estímulos a los que más reacciona una pieza dentaria dañada. La hipersensibilidad más común es al frío. Y las piezas que más lo padecen son los caninos y los premolares.

La exposición de la dentina es la responsable de esta reacción de sensibilidad dental ante los alimentos fríos. Esta falta de protección de los dientes puede desencadenarse por diversos motivos.

Recesión gingival

Las encías se insertan en la zona de unión de la corona y la raíz del diente para cubrir y proteger a esta última. Pero algunas situaciones pueden llevar a que el tejido gingival migre hacia una zona más apical, dejando al descubierto la zona radicular de la pieza dentaria.

Un cepillado dental muy traumático, con cerdas muy duras o ejerciendo demasiada presión o fuerza, puede llevar a que la encía se retraiga. La gingivitis y la enfermedad periodontal también son causantes de este problema.

Caries dental

La caries dental es una patología que puede desencadenar sensibilidad dental al ingerir alimentos fríos. Se trata de un proceso destructivo de los tejidos duros del diente. Se da como consecuencia de la acción de los ácidos que producen las bacterias de la boca al metabolizar los azúcares de la dieta.

La pérdida de minerales en el diente deja dentina descubierta y puede ocasionar la sensibilidad dental. Incluso este síntoma molesto podría aparecer en las primeras etapas de la caries e indicar que algo no está bien en ese elemento dentario.

A medida que la enfermedad avanza sin tratar, la sintomatología dolorosa será más evidente, prolongada y surgirá ante nuevos estímulos.

Bruxismo

El bruxismo es un hábito oral disfuncional e involuntario. Los músculos de la masticación se contraen y las piezas dentarias realizan movimientos, rechinan y se aprietan sin fines funcionales.

Apretar y friccionar los dientes con demasiada intensidad de manera frecuente va desgastando las piezas dentarias. Estas zonas donde los dientes chocan entre sí una y otra vez pierden parte del tejido dentario.

El esmalte se adelgaza y quedan áreas de dentina expuesta. Es así que aparece sensibilidad dentaria como un efecto más de este trastorno.

Erosión dental

La erosión dental es la pérdida de estructura dentaria como consecuencia de un proceso químico, sin que intervengan las bacterias de la boca como sucede en las caries. Son varios los agentes que pueden provocar esta pérdida mineral de los dientes.

El uso excesivo de algunos productos puede llevar a la pérdida de minerales en el esmalte y la consecuente aparición de la sensibilidad dental. Utilizar pastas dentales muy abrasivas, consumir alimentos muy ácidos como cítricos o vinagres, puede llevar a la desmineralización dentaria.

El uso de productos abrasivos o ácidos para mejorar la apariencia de la sonrisa también es un causante de este trastorno. Los remedios caseros y los métodos de blanqueamiento domésticos suponen un gran riesgo de padecer sensibilidad. Y los procedimientos profesionales de manera muy reiterada también pueden ocasionar este problema.

Inflamación pulpar

Cuando una pieza dentaria sufre ciertos daños, los mismos pueden afectar a la pulpa dental. Las caries, las fracturas, los viejos empastes filtrados o la exposición a sustancias irritantes pueden inflamar el tejido pulpar. También algunos tratamientos dentales como la preparación de cavidades para arreglos, el tallado de dientes para coronas o, como ya mencionamos, los blanqueamientos.

Si en el interior del elemento dentario se desencadena un proceso inflamatorio, la sensibilidad dental al comer alimentos fríos es uno de los primeros síntomas en aparecer. Y es un indicativo de que el proceso aún es reversible.

Por el contrario, cuando los dientes presentan dolor ante estímulos calientes y que persisten en el tiempo, el proceso pulpar se considera irreversible. Al acudir al odontólogo, lo más probable es que opte por realizar una endodoncia.

La sensibilidad dental ante los alimentos fríos se puede prevenir

La sensibilidad dental al comer algún alimento frío se puede evitar. Cuidar la integridad de las piezas dentarias y la salud de las encías es fundamental para evitar que los dientes sufran este dolor tan intenso.

A continuación, mencionamos algunas prácticas simples que pueden ayudarte a prevenir la hipersensibilidad de tus dientes:

  • Mantener una adecuada higiene bucodental: cepillar los dientes de manera correcta y frecuente previene las caries y evita la inflamación gingival. Es importante tomarse el tiempo para realizar esta tarea de manera suave y precisa para no dañar los tejidos orales.
  • Usar cepillos de dientes con cerdas suaves o extrasuaves: evita traumatizar y desgastar los tejidos orales.
  • Elegir pastas dentales poco abrasivas: que contengan flúor y no desgasten los dientes.
  • Usar enjuagues bucales con flúor o para dientes sensibles.
  • Utilizar hilo dental una vez al día: realizar los movimientos con suavidad para limpiar la zona entre los dientes y evitar la inflamación gingival.
  • Consumir de manera moderada alimentos y bebidas ácidas, dulces, carbonatadas y muy calientes o muy frías.
  • Visitar al odontólogo de manera regular: para detectar cualquier problema en tiempo temprano y mantener la boca saludable.

La importancia de visitar al dentista

Las visitas frecuentes al odontólogo permiten mantener la cavidad bucal saludable y prevenir problemáticas como la sensibilidad dental. Y en el caso de que aparezca alguna afección, solucionarla de manera rápida para evitar síntomas molestos.

Lo ideal es concurrir al dentista cada 6 meses o con la frecuencia que el profesional de confianza sugiera para cada caso. De todos modos, si en algún momento aparece esta sensación molesta de la que hablamos en el artículo, lo ideal es acudir al especialista para evalúe el problema.

Sufrir de sensibilidad dental al comer alimentos fríos es un indicativo de que algo en la boca no está bien. Y una revisión oportuna puede evitar daños mayores o complicaciones a futuro.

Los dientes desgastados, las encías inflamadas o retraídas o las caries que avanzan son situaciones que deben resolverse lo antes posible. Actuar a tiempo no solo evita síntomas más molestos. Sino que también impide que el proceso avance y que luego sean necesarias terapéuticas más invasivas, incómodas y costosas.

fuente: mejor con salud

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