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¿Cuáles son los síntomas de la viruela del mono?

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El período de incubación de la viruela del mono, o sea, el tiempo que pasa desde el contacto con el virus hasta la aparición de los primeros síntomas, oscila entre 6 y 16 días. No hay claridad al respecto, pero 2 semanas parece ser el promedio.

El cuadro clásico inicia con fiebre que puede durar entre 1 a 4 días. La misma se acompaña de la sintomatología clásica de los cuadros febriles, con dolor de cabeza, fatiga, mialgias y somnolencia.

Luego inicia el brote dérmico característico. Lo que se ha descrito hasta ahora es una presentación centrífuga (comienza en el tronco del cuerpo y sigue hacia las extremidades) de máculas (manchas) y pápulas (sobreelevaciones de la piel), junto a vesículas (con contenido líquido) y pústulas (con contenido de pus) que evolucionan a costras.

La inflamación de los ganglios linfáticos es notoria en la viruela del mono. Esto la distingue de la viruela clásica que casi no presenta linfadenopatías.

La gravedad del cuadro clínico puede ser leve (la mayoría de las veces) o fatal (solo 1 % es la tasa de mortalidad en África). Los casos graves suelen complicarse con vómitos y diarrea, encefalitis y neumonía. Algunos de ellos llegan a la sepsis y fallecen por una falla multiorgánica.

Hay una reducción de la respuesta inmune en los pacientes, lo que puede favorecer la sobreinfección con bacterias. Esta es una de las explicaciones de los casos fatales que llegan a la sepsis.

En las embarazadas hay una situación particular, porque presentan una mayor tasa de mortalidad y de complicaciones cuando se infectan con la viruela del mono. Del mismo modo, algunos reportes han confirmado que hay transmisión vertical, es decir, desde la madre al feto.

El caso sospechoso

A lo largo de la historia, desde 1970 hasta ahora, se han dado diferentes definiciones de un caso sospechoso de viruela del mono. Esto se hace para identificar a los pacientes y aislarlos.

Cada país establece cuáles son los signos de alarma para consultar y ante qué características deberían responder los sistemas de salud. Pero en líneas generales, se coincide en que una persona es sospechosa de padecer la enfermedad cuando tiene fiebre y una erupción cutánea de vesículas, junto con al menos 1 de los siguientes 3 síntomas:

  1. Rash en las palmas de las manos o en las plantas de los pies.
  2. Inflamación de los ganglios linfáticos.
  3. Episodios de elevación de la temperatura corporal antes de que aparezca el rash.

Por supuesto, a esto se añade la investigación sobre quiénes estuvieron con el paciente sospechoso. Si la persona con estos signos ha estado en contacto estrecho con alguien que ya tiene el diagnóstico confirmado, entonces la posibilidad de ser positivo aumenta.

¿Cómo se confirma el diagnóstico?

El primer paso en el camino del diagnóstico de la viruela del mono inicia con la sospecha. Estos serían aquellos casos sospechosos según la definición que dimos antes.

Habría que aislar a esos pacientes y comenzar las pruebas para determinar si se puede confirmar o no la patología. Esto no es algo rápido, puesto que no se trata todavía de un agente viral del que se tenga amplia disponibilidad en todo el mundo para el testeo.

En varios lugares se ha optado por solicitar pruebas de inmunoglobulinas IgG e IgM contra Orthopoxvirus. No es algo específico, pero si el resultado es positivo permite avanzar en la confirmación, mientras se esperan resultados más concretos que podrían demorar.

Estas pruebas más concretas son 3 y dependen de la disponibilidad que haya en cada centro de salud:

  1. Reacción en cadena de la polimerasa (PCR).
  2. Inmunohistoquímica.
  3. Microscopía electrónica.

¿Cuáles son los síntomas de la viruela del mono?

Es habitual que estos métodos solo estén disponibles en algunos centros que reciben muestras de otras zonas geográficas. Por lo tanto, la demora es casi ineludible y se debe aplicar el aislamiento de los sospechosos, mientras se espera.

Las inmunglobulinas, la PCR y la inmunohistoquímica requieren una muestra de sangre del paciente. La microscopía electrónica se emplea para hacer un análisis visual de las secreciones si se recolectan las mismas para enviar al laboratorio.

fuente: mejor con salud

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