Los síntomas de la enfermedad celíaca y de la intolerancia al gluten, se tratan con una dieta sin éste. A veces puedes llegar a eliminar el gluten de tu dieta ya sea por moda o por que creer que eso puede ser lo que afecte constantemente a tu estómago. Sin embargo, es importante identificar de forma adecuada a las personas que padecen estas enfermedades. Recuerden que muchas veces la mera sospecha no basta, pues una dieta sin gluten no es fácil de seguir aunque el supermercado ya esté repleto de productos sin gluten. Salir de casa puede ser un martirio y si no acudes con un especialista o nutriólogo, tu dieta puede ser desequilibrada.
Si presentas constantemente síntomas como:
- Diarrea crónica o intermitente.
- Retraso en el desarrollo o falta de crecimiento (en niños).
- Síntomas gastrointestinales persistentes o inexplicables, como náuseas y vómitos.
- Fatiga prolongada (“estoy cansada todo el tiempo”).
- Dolor abdominal recurrente, cólicos o gases.
- Pérdida repentina o inesperada de peso.
- Anemia por deficiencia de hierro sin explicación, u otra anemia no especificada.
Puedes tener sensibilidad al gluten no celíaca, y para diagnosticarla, debes consumir gluten y pasar por las mismas pruebas que te escribo a continuación, especiales para personas con celiaquía, y si salen negativas, te clasifican como sensible al gluten. En el caso de las personas celiacas, se debe realizar un test sanguíneo de detección, siguiendo las guías oficiales, y posteriormente una biopsia de intestino para confirmarla completamente. También tiene un gran peso hereditario y está asociada a un mayor riesgo de trastornos autoinmunes o graves secuelas intestinales como:
- Enfermedad tiroidea autoinmune.
- Dermatitis.
- Síndrome del colon irritable.
- Diabetes tipo 1.
No olvides que es importante que consultes a tu médico y nutriólogo para que te orienten adecuadamente y puedas eliminar por cualquier razón el gluten de tu dieta sin sobrepasarte en calorías, pues recuerda que “gluten free” no significa “light”.
fuente: el informador