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Calaveritas de dulce una tradición del Día de Muertos en México

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Las calaveritas de dulce son, junto con el pan de muerto, una de las tradiciones gastronómicas más importantes dentro de la celebración del Día de los Muertos en México. Hechas generalmente de azúcar, amaranto o chocolate, estas calaveritas son consideradas como una artesanía, y tienen su origen en la época prehispánica.

Por lo general, las calaveritas de dulce tienen distintos nombres, los cuales pueden tener dos significados. El primero, se refiere al nombre del difunto que se quiere recordar poniéndolo en la ofrenda.

El segundo, se refiere a una persona que aún vive, por lo que regalarle una calaverita a esa persona, significa que le guardas un espacio en el inframundo, además de recordarle que, lo único que tenemos seguro en esta vida, es la muerte.

Calaveras en la época prehispánica

En la época prehispánica, la figura de la calavera era representada en el Tzompantli, un altar a la muerte que simbolizaba el paso de las personas de lo terrenal a lo espiritual una vez que fallecían. Así, el Tzompantli se formaba por hileras de cráneos de las personas sacrificadas en honor a los dioses prehispánicos, en especial a Mictlatecuhtli, el dios del inframundo.

Las culturas prehispánicas creían que, a través de esta ofrenda, se aseguraba el paso de las personas a otros niveles del inframundo, hasta llegar al descanso eterno.

Sin embargo, con la llegada de los españoles esta tradición se fusionó con las creencias de la religión católica impuesta, dando origen tanto a los altares de muertos como a las famosas calaveritas de dulce que conocemos hoy en día.

El alfeñique

Una de las técnicas que introdujeron los españoles en México, fue el alfeñique, la cual a su vez tiene su origen en la cultura árabe. Así, el alfeñique utiliza azúcar, agua caliente, clara de huevo y limón para crear una masa moldeadora parecida al caramelo llamada “chautle” y así, realizar diferentes figuras, como las famosas calaveritas de dulce para el Día de Muertos.

Aunque su elaboración es delicada, con el alfeñique es posible hacer no solo calaveritas, sino también ataúdes, tumbas, mariachis, cocineras, calacas y catrinas, las cuales suelen colocarse en las ofrendas. Actualmente, el alfeñique es una técnica reconocida que incluso tiene festivales en estados como Puebla, Guanajuato, Estado de México, Michoacán y Oaxaca, donde se puede apreciar cómo los artesanos trabajan esta técnica con distintos moldes.

¿Cómo se elaboran las calaveritas de alfeñique?

El proceso para elaborar calaveritas con la técnica de alfeñique se denomina “vaciado”, en la cual el azúcar se disuelve en agua y se deja hervir por una media hora hasta que espese, agregándole un poco de limón. Una vez que la mezcla está espesa, los artesanos baten rápidamente para que esta logre cristalizar y pueda ser vaciada en moldes generalmente de barro, aunque también se usan de madera y bronce.

Cuando el azúcar empieza a cuajar, el molde se voltea rápidamente para que un poco de la miel interior escurra y las calaveras queden huecas. Por último, las calaveras se sacan del molde ya secas y se decoran con “betún”, hecho con clara de huevo, azúcar glass y colorantes.

Chocolate, amaranto y más dulces

Aunque la técnica de alfeñique es la más tradicional para elaborar calaveritas de dulce, hoy en día es posible encontrar calaveritas hechas de chocolate, amaranto o incluso gomitas. Dependiendo de la región del país, estas son elaboradas con ingredientes locales, por lo que existen variaciones únicas como es el caso del pan de muerto. Algunas de las más comunes son las calaveritas bañadas en miel y cacahuate, semillas de calabaza o ajonjolí.

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