El debate sobre la pornografía lleva más de 40 años y sigue más vigente que nunca. Existen diversos grupos (religiosos, conservadores, pero también feministas radicales y defensores de los derechos humanos) que la consideran una industria inmoral o violenta, que puede ocasionar trastornos afectivos y que transmite y perpetúa la opresión de las mujeres. Sin embargo, la realidad es que, al margen de los debates, hay cientos de trabajadores y trabajadoras sexuales que merecen respeto, un trato digno y que se reconozcan sus derechos laborales. Por lo tanto, el público que consume pornografía tiene la responsabilidad de informarse al respecto y hacer elecciones éticas.
Estas son tres cosas que debes saber si vas a ver pornografía:
1. La pornografía es una fantasía actuada por profesionales
Ver una película pornográfica y pretender que así sean nuestras relaciones sexuales es casi tan absurdo como ver Superman y saltar de la azotea de nuestras casas con una capa. Los actores en la pornografía son profesionales, las tomas están editadas, las posiciones muchas veces no son placenteras y las fantasías que representan probablemente no se sientan tan bien llevadas a la realidad. Entender el porno como la ficción que es resulta fundamental para disfrutarlo.
2. La finalidad del porno NO es educarte
Aprender a disfrutar de nuestra sexualidad, conocer nuestro cuerpo y descubrir qué cosas nos resultan placenteras es una responsabilidad personal que el porno no va a resolver. Su finalidad es el entretenimiento; está pensado como un espectáculo, no como un documental o material didáctico.