Siguen circulando por redes sociales vídeos en los que se afirma que las vacunas contra la COVID-19 tienen metales pesados o grafeno que causan “magnetismo” y atraen los imanes a la piel. Estos contenidos se han difundido tanto por distintos países que hasta los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), agencias del Gobierno de Estados Unidos, han publicado un desmentido al respecto.
En Newtral.es también hemos verificado estos vídeos. Pero nos continúan preguntando a través de nuestro servicio de verificación de WhatsApp (+34 627 28 08 15) por qué los imanes y otros objetos metálicos pueden quedarse “pegados” a algunas partes de nuestro cuerpo.
Ni las vacunas ni las PCR están detrás de ese efecto. En realidad, la piel contiene grasas naturales que pueden causar dicha adherencia. Basta con poner polvos de talco en la zona para ver cómo desaparece el presunto “magnetismo”.
También a los no vacunados se les pueden “pegar” imanes a la piel
Como ya mostró en el Twitch de Newtral.es la divulgadora científica Rocío Vidal, a algunas personas no vacunadas también se les queda “pegado” el imán al brazo tras colocarlo sobre él.
Es decir, ese efecto no tiene nada que ver con la vacunación, como confirma a Newtral.es el presidente de la Asociación Española de Vacunología, Amós García, quien añade que los artículos se sujetan a la piel por “la grasa y el sudor” que hay en ella.
Fuente: Animal Político