Kodak: El Auge y Caída de un Gigante Fotográfico
Kodak, una vez líder en la industria de la fotografía, experimentó una dramática caída en 2012 que sorprendió a muchos. A pesar de su dominio en el mercado durante casi 80 años, la falta de adaptación a nuevas necesidades y su miedo al cambio la llevaron a la bancarrota. En esta historia, exploraremos por qué Kodak se hundió y qué valiosas lecciones podemos aprender para evitar un destino similar en nuestros negocios.
La Idea Brillante de George Eastman:
George Eastman, fundador de Kodak, revolucionó la fotografía al hacerla accesible para millones de personas. Comenzó su misión después de una experiencia personal frustrante con una cámara compleja. Decidió que las fotografías deberían estar al alcance de todos. En la década de 1880, desarrolló la primera “cámara portátil” y patentó la primera cámara Kodak en 1888, con el lema “Tú presionas el botón, nosotros hacemos el resto”. Kodak no solo vendía cámaras, sino que se centraba en servicios de revelado y ventas recurrentes de rollos y suministros para imprimir fotos.
Los Signos de Decadencia:
Kodak alcanzó su cima en los años setenta y noventa, pero también mostró los primeros signos de decadencia. En 1975, un ingeniero de Kodak creó una cámara digital portátil, pero la empresa optó por seguir su modelo tradicional. Nuevos competidores como Fujifilm y Sony ingresaron al mercado con cámaras digitales de alta calidad y precios competitivos.
La Caída de Kodak:
En la década de 1980, Kodak continuó liderando, pero otros fabricantes avanzaron con cámaras digitales de alta calidad y precios competitivos. Perdieron un juicio de patentes contra Polaroid en 1986. En los años noventa, el mundo ya no necesitaba imprimir fotos, y el modelo de negocio de Kodak se volvió obsoleto. A pesar de los intentos de mantenerse relevante y miles de despidos, Kodak se declaró en bancarrota en 2012.
Lecciones Aprendidas:
La historia de Kodak nos enseña que la negativa al cambio es una estrategia deficiente en un mundo que evoluciona constantemente. La posición y la antigüedad no garantizan el éxito. Las empresas deben adaptarse y evolucionar para sobrevivir.
Kodak también nos muestra que simplificar algo existente puede generar valor. Su enfoque en ventas recurrentes es similar a modelos de negocio exitosos como las cafeteras de cápsulas desechables.
La historia de Kodak es una llamada de atención para mantener un pie en el presente y un ojo en el futuro, evolucionando antes de que la realidad cambie por completo. El miedo al cambio no debe ser un obstáculo para la innovación y la adaptación.
