Las hojas de la guanábana son de color verde oscuro, brillosas, grandes y de forma óvalo-elípticas. Al igual que otras hojas, tiene valores superiores al 60 % de agua. El resto de los sólidos están formados por proteínas, fibra insoluble del tipo celulosa, hemicelulosa y minerales, como el magnesio, el hierro, y el cobre.
En la revista Interciencia refieren la diferencia entre las hojas frescas y secas de la guanábana. Mientras las primeras contienen 65 % de agua, las secas apenas llegan a un 10 %. Esto hace que sus nutrientes se concentren.
Las proteínas en las hojas secas son casi de un 15 % y en las frescas del 6 %. El secado de las hojas aumenta la proporción de minerales a un 7 % y la grasa a un 3 %.
Componentes bioactivos de la hoja de guanábana
Más allá de su aporte nutricional, resaltan algunos compuestos fitoquímicos que se relacionan con sus beneficios medicinales. Tal es el caso de los flavonoides, los polifenoles, los aceites esenciales y las acetogeninas.
Los flavonoides y los polifenoles se han encontrado en una buena proporción en las hojas de guanábana, lo que incrementa sus propiedades antioxidantes. Por otra parte, las acetogeninas son los bioactivos a los que se les atribuye su mayor actividad biológica y curativa. Derivan de algunos ácidos grasos y las más conocidas son la anonaína, la muricatocina, la xilopina, la bulatacina, la asimicina y la trilobacina. Representan los fitoquímicos más potentes de la hoja.
fuente: mejorconsalud