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Resistencia a los antibióticos es una epidemia silenciosa

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La resistencia a los antibióticos es una epidemia silenciosa que se lleva gestando desde hace tiempo. Se cobra más vidas al año que la malaria, el sida o el cáncer de pulmón; y la previsión es que vaya a más.

Hablamos de “una gran amenaza para la salud humana en todo el mundo”. Suena tremendista pero es completamente literal.

Así lo afirman los autores del mayor estudio realizado hasta ahora sobre la carga que supone la resistencia bacteriana para la salud en todo el planeta.

Según el informe, publicado en The Lancet, las infecciones causadas por bacterias resistentes a los antibióticos mataron a más de un millón de personas en solo un año.

Se estima que en menos de 30 años, si no se pone remedio, las súperbacterias acabarán con la vida de 10 millones de personas anualmente.

estudio mundial sobre la resistencia bacteriana

La resistencia bacteriana a los antibióticos se produce cuando los cambios en las bacterias hacen que los medicamentos que se utilizan para tratar infecciones se vuelvan menos efectivos.

Se ha convertido en uno de los principales problemas para la salud pública en el siglo XXI pero no se hace lo suficiente para combatirlo.

Hasta ahora había datos confusos sobre la cantidad de muertes que provoca, pero el informe de The Lancet marca un punto de inflexión en este sentido.

Nunca hasta ahora se había estudiado su efecto en tantas partes del mundo, ni se habían analizado tantos patógenos ni fármacos.

  • En total se han estudiado datos de 204 países, 23 bacterias distintas y casi 90 combinaciones de infecciones y fármacos usados para tratarlas sin éxito en 2019.

Los resultados revelan que solo en 2019, un año como otros tantos porque no había Covid, 1,2 millones de muertes fueron directamente atribuibles a infecciones causadas por bacterias resistentes a los antibióticos.

Pero hay más: estas bacterias también provocaron infecciones en 5 millones de personas que acabaron en el hospital y murieron por otras causas.

De hecho, en 2019 las infecciones resistentes a los antibióticos fueron la tercera causa de muerte, solo la cardiopatía isquémica y el ictus provocaron más fallecimientos ese año.

Las infecciones más comunes

Las infecciones que más muertes provocan porque los antibióticos usados contra ellas ya no funcionan son:

  • Infecciones respiratorias como la neumonía: se cobran 400.000 vidas al año.
  • Infecciones sanguíneas que pueden acabar en una sepsis (una respuesta inmunitaria fulminante frente a la infección): provocan alrededor de 370.000 muertes.
  • Infecciones abdominales: se relacionan con 210.000 defunciones anuales.

De hecho, estos tres tipos de infecciones son las responsables del 78,8% de las muertes por resistencias bacterianas.

Los Patógenos más peligrosos

Podría pensarse que la lista de bacterias que siegan tantas vidas podría ser larga, pero, según este estudio, en 2019 apenas 6 patógenos fueron los culpables de la gran mayoría de muertes relacionadas con resistencias bacterianas:

  • E coli: puede causar diarreas hemorrágicas.
  • Staphylococcus aureus: se asocia a neumonías y endocarditis (infección en las válvulas cardíaca).
  • Streptococcus pneumoniae: provoca desde infecciones leves como la otitis hasta neumonías o meningitis.
  • Klebsiella pneumoniae: si sale del intestino es peligrosa y puede provocar neumonía o sepsis.
  • Acinetobacter baumannii: puede causar una multitud de infecciones, incluyendo neumonía o meningitis.
  • Pseudomonas aeruginosa: puede provocar sepsis e infecciones pulmonares y de las válvulas cardíacas graves.

Estos son, por orden de número de muertes que provocan, los 6 patógenos principales que protagonizan la pesadilla de la resistencia a los antibióticos.

Pero solo hay vacuna contra uno de ellos: el Streptococcus pneumoniae, principalmente a través de la vacunación neumocócica.

Contra al resto, a día de hoy no existe ninguna solución eficaz.

Los países pobres, los más castigados

Los niños son el colectivo más afectado por esta pandemia, ya que un 20% de los fallecidos son menores de 5 años.

El azote de la resistencia bacteriana también es mucho mayor en los países pobres.

El África Subsahariana y el sudeste asiático son las zonas más afectadas, con más de 20 muertes por cada 100.000 habitantes.

Podría pensarse que es en los países desarrollados, con mayor acceso a los antibióticos, donde hay más muertes por esta causa pero no es así.

De hecho, el 70% de las muertes se deben a que las infecciones son tratadas con antibióticos más básicos como las fluoroquinolonas o la penicilina.

Estas combinaciones “fallan” pero la infección podría curarse si el enfermo tuviera acceso a otros antibióticos que son más caros, cosa que no ocurre en los países subdesarrollados.

El caso de España

En España, este tipo de infecciones se cobran 13 vidas por cada 100.000 habitantes. El nivel de resistencia a los antibióticos es superior a los países del norte de la UE; pero inferior al de Grecia, Portugal o Italia.

Por tanto, estamos en un punto medio que debería mejorar.

La bacteria que causa más estragos es Acinetobacter baumannii y afecta sobre todo a pacientes ingresados en la UCI.

Cómo enfrentar el problema

Los autores del estudio proponen varias estrategias para acabar con el gran número de muertes que generan las infecciones provocadas por bacterias que son resistentes a los antibióticos:

  • Lo primero es, obviamente, trabajar en la prevención de las infecciones con las medidas sanitarias adecuadas.
  • En segundo lugar conviene desarrollar vacunas.
  • En tercer lugar, es clave reducir el uso de antibióticos en el ámbito de la ganadería, porque genera resistencias bacterianas en los animales que se acaban transmitiendo a los humanos.
  • En cuarto lugar, hay que dejar de recetar antibióticos de forma indiscriminada. Solo deben tomarse cuando es necesario.
  • Y en quinto lugar, deberían desarrollarse antibióticos más efectivos, aunque la industria farmacéutica no está demasiado por la labor. En las últimas décadas, las inversiones en este campo han sido pequeñas en comparación con las de otros problemas de salud pública.

Basta fijarse en lo que se ha llegado a invertir en las vacunas contra la Covid en tiempo récord. Probablemente con bastante menos tendríamos antibióticos más eficaces.

fuente: saber vivir

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