Durante una investigación (“¿Cómo les va a los niños de madres mayores? Evidencia del Reino Unido”) donde estudiaron a 18,000 niños, determinaron a través de pruebas cognitivas que los hijos cuyas madres eran mayores de 30 años al nacer, eran ligeramente más inteligentes.

Algunas de las razones por las que llegaron a ese resultado fue que las mujeres de dicha edad probablemente eligieron desarrollarse profesionalmente y afianzar una relación sentimental antes de concebir, por lo que cuentan con mayor madurez, estabilidad emocional y financiera, que las madres más jóvenes.

Aunado a ello, indican que es muy probable que estas mujeres hayan recibido atención y cuidados médicos desde la planeación de su embarazo; se inclinan más por la lectura, tienden a amamantar por más tiempo y es más probable que tengan una vida saludable.

Una mujer de 40 años presenta estas características aumentadas, pero menor facilidad de gestación y mayores complicaciones durante el embarazo. Por otro lado, se ha demostrado que entre los 20 y los 30 años de edad, la mujer tiene mayor facilidad para la concepción, más energía y resistencia para el ritmo del embarazo, y menores dificultades en éste.

Los periodos de mayor fertilidad se presentan en dos lapsos:

1. Entre los 20 y los 25 años está en su apogeo
2. De los 30 a los 35 años, aunque la calidad de los óvulos puede ser menor

Sin embargo, si una mujer recibe todos los cuidados y atenciones que necesita; además de alimentarse correctamente y mantenerse saludable antes y durante el embarazo, su bebé podrá alcanzar todo su potencial cognitivo y desarrollarse correctamente.