Repensando la Movilidad: La Solución para Reducir las Muertes en Siniestros de Tránsito

Historia y desafíos de la seguridad vial en el mundo: ¿Por qué necesitamos un cambio urgente?

En un mundo donde los avances tecnológicos han llevado a logros extraordinarios, es sorprendente que las muertes en siniestros de tránsito sigan siendo una carga inaceptablemente alta. A pesar de la evolución de la industria automotriz y las mejoras en la infraestructura vial, las carreteras del mundo siguen siendo un lugar peligroso. Pero, ¿por qué? La respuesta se encuentra en nuestra forma de pensar sobre la movilidad y el enfoque histórico en los automóviles en lugar de las personas.

Durante décadas, se priorizó la circulación de automóviles y camiones, dejando en segundo plano las necesidades de peatones y ciclistas. Esta mentalidad ha llevado a que cada vez más personas opten por usar vehículos personales en lugar de opciones más sostenibles como el transporte público, la bicicleta o caminar. La idea de “constrúyelo, y ya vendrán” ha prevalecido, pero sus consecuencias son devastadoras.

Desde la primera muerte registrada en un vehículo motorizado hace unos 150 años, decenas de millones de personas han perdido la vida en siniestros de tránsito. Esta crisis global cobra un alto peaje, especialmente para los usuarios más vulnerables de las vías: peatones, ciclistas y motoristas. Estos grupos representan más de la mitad de las muertes en las carreteras cada año, y son los menos propensos a causar daño a otros.

Como ingeniera vial, es doloroso admitir que el transporte terrestre es responsable del 97% de todas las muertes en el sector del transporte, convirtiéndolo en la principal causa de mortalidad entre los jóvenes a nivel mundial. Esto equivale a la caída de siete aviones de pasajeros al día. Si enfrentáramos un número similar de accidentes diarios en la industria aérea, ¿seguiríamos volando?

La seguridad vial también tiene un impacto económico significativo en los países en desarrollo, donde los accidentes de tránsito representan aproximadamente el 6% del PIB anual debido a la pérdida de actividad económica y los costos de atención médica. A pesar de los esfuerzos del Decenio de Acción de las Naciones Unidas para la Seguridad Vial 2011-2020, que buscaba reducir a la mitad las muertes por siniestros de tránsito en una década, la crisis persiste y empeora. La Organización Mundial de la Salud estima que 1.35 millones de personas mueren en las carreteras cada año, 100,000 más que el objetivo de 2011.

El Segundo Decenio de Acción, lanzado en 2020, tiene como objetivo reducir a la mitad las muertes por siniestros de tránsito para 2030. Su enfoque principal es #RepensarLaMovilidad. Esto implica cambiar nuestra mentalidad para priorizar a las personas sobre los vehículos y enfocarse en la seguridad, la sostenibilidad y la inclusión. También requiere una inversión significativa en infraestructura segura y sostenible.

Para tener éxito en el Segundo Decenio de Acción, es crucial mejorar la seguridad de los peatones y ciclistas, especialmente en entornos urbanos en constante crecimiento. Promover la bicicleta, caminar y otras formas de movilidad activa no solo mejora la seguridad vial, sino que también reduce las emisiones de transporte, mejora la calidad del aire y disminuye la congestión del tráfico.

Además, debemos adoptar un enfoque de “sistemas de seguridad” que promueva una movilidad integral y perdone los errores humanos. Es hora de dar prioridad a la seguridad y bienestar de las personas por encima de todo. La movilidad del futuro debe ser segura, sostenible e inclusiva. Está en nuestras manos cambiar la tendencia y reducir las muertes en siniestros de tránsito en todo el mundo.