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sábado, abril 20, 2024
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Rudeza al pasador: el nuevo problema de la NFL

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Algunos de los grandes misterios del universo son ¿Quiénes somos? ¿A dónde vamos? ¿De dónde venimos? Y ¿qué es un golpe legal al quarterback?

Dado el historial de reglas ambiguas y confusas, pero bien aplicadas, con el que cuenta la NFL, es más fácil encontrar respuesta a las tres primeras interrogantes antes de que el mundo pueda descubrir con absoluta certeza como capturar a un quarterback.

Así como el año pasado nadie sabía que era una recepción, este año nadie sabe cómo golpear a un quarterback. Y en ambos casos, ya se alteró resultados de partido con cobros aparentemente injustos pero correctos de acuerdo al nuevo reglamento.

Lo irónico de todo esto es que el Comité de Competencia realizó el ajuste en la marcación _ que prohíbe al defensivo caer con todo el peso sobre el quarterback _ después de que el linebacker de los Vikings Anthony Barr le fracturó de esa forma la clavícula a Aaron Rodgers y ahora sean precisamente los Packers uno de los equipos más perjudicados con la nueva redacción.

Clay Matthews ya acumula una penalización de este tipo en cada uno de los tres primeros juegos. A simple vista, en cualquier otra situación del campo y sobre cualquier otro jugador serían golpes completamente legales e incluso aplaudidos por no ir con el casco e impactar la llamada “zona de strike”.

Pero no tratándose de un quarterback. Ahí radica toda la confusión y la molestia de los defensivos, que desde hace tiempo han sido los más perjudicados con cambios a las reglas a fin de generar mayor producción ofensiva y que ahora acusan, con justa razón, la doble moral que impera en la liga de proteger al quarterback y exclusivamente al quarterback.

Todo esto se debe a que desde hace algún tiempo, las audiencias televisivas de la liga han comenzado a caer y la NFL piensa, erróneamente, que se debe a la falta de producción ofensiva. Habrá otros obtusos que lo atribuyen a las expresiones políticas. No, si la liga ha perdido arrastre es porque se aleja cada vez más de sus raíces como un deporte de contacto.

¿Había reglas que necesitaban cambiarse? Desde luego, proteger la cabeza, evitar encabezar la tacleada con el casco y proteger al portador de balón que está indefenso no solo es sentido común, sino que le ahorraría a la liga miles de millones de dólares en demandas y tribunales. Pero las protecciones deben ser homogéneas. No se puede dar preferencia a una posición en el campo, para eso están ya los agentes y los contratos.

Todos deberían jugar con las mismas reglas y si un quarterback no puede resistir un golpe al torax, ni hablar. Que venga el que sigue, el próximo Tom Brady, Ben Roethlisberger o Kurt Warner o todas esas grandes figuras que recibieron una oportunidad por una lesión del titular.

Mientras siga habiendo concesiones dentro del campo, mientras la Liga no esté en paz con el hecho de que no hay lesiones inevitables dentro de su deporte y que una lesión es parte de su naturaleza y no una catástrofe, las confusiones reinarán.

Desafortunadamente, al igual que la campaña 2017, en especialmente después de la no recepción de Jesse James de los Steelers ante los Patriots, no hay nada que se pueda hacer hasta que finalice la campaña, a pesar de que se afecte directamente el desenlace de un encuentro.

Todos estamos de manos atadas. Lo único que queda en este momento es esperar un poco de mayor criterio por parte de los árbitros _ poco probable _ o que Matthews y el resto de los sancionados cambien súbitamente la manera en que han tacleado durante 20 años. Es decir, no esperemos pronto que acaben los pañuelos inexplicables… ni que suban los ratings.

 

FUENTE: AS.COM

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