El presidente estadounidense Joe Biden acortó su viaje al extranjero debido a la inminente crisis del límite de la deuda, lo que añade urgencia a las conversaciones que se reanudaron el martes en la Casa Blanca con el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, y otros líderes del Congreso.
Biden canceló su viaje a Papua Nueva Guinea y Australia, de acuerdo con tres funcionarios familiarizados con la decisión. Aún asistirá a la cumbre del G-7 que se celebrará en Hiroshima, Japón.
McCarthy declaró que las partes siguen muy distanciadas, pero que un acuerdo antes del fin de la semana es “posible”.
“Apenas comenzamos”, declaró Biden en breves declaraciones a la prensa previo al encuentro, que tiene lugar en la Oficina Oval, mientras que los demás asistentes — McCarthy; el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer; el líder de la minoría demócrata en la cámara baja Hakeem Jeffries y el líder de la minoría republicana en el Senado Mitch McConnell, y la vicepresidenta Kamala Harris — se sentaron en silencio.
Biden se ha mantenido optimista sobre los diálogos, mientras que McCarthy ha dicho públicamente que los negociadores han logrado escasos avances antes del plazo del 1 de junio, cuando según el Departamento del Tesoro Estados Unidos podría empezar a caer en impago de sus deudas.
Aunque Biden se ha mostrado optimista y ha afirmado que “seremos capaces de hacerlo”, McCarthy ha instado al presidente a actuar con mayor rapidez y se ha mostrado mucho más pesimista sobre el estado de las negociaciones. Él y otros republicanos exigen recortes presupuestarios a cambio de su apoyo para elevar el techo de la deuda. Biden insiste en que ambas cuestiones no deben vincularse.
”¿Qué tanto es demasiado?”, dijo McCarthy el martes sobre los 31 billones de dólares de deuda de la nación, mientras presionaba por requisitos de trabajo más estrictos para los receptores de ayuda del gobierno como una forma de recortar el gasto.