Una serie de incendios forestales devastaron el norte de Texas el miércoles temprano, causando evacuaciones, cortes de energía para miles de personas y obligando al cierre temporal de una instalación de armas nucleares.
Los fuertes vientos, pastizales secos y temperaturas inusualmente cálidas alimentaron las llamas.
El gobernador republicano Greg Abbott declaró estado de desastre en 60 condados. El incendio más grande, el fuego de Smokehouse Creek, se convirtió en el segundo mayor de la historia del estado. La principal instalación de desmantelamiento de armas nucleares de EE. UU. suspendió sus operaciones, pero reanudó el trabajo con normalidad el miércoles.
Las autoridades aún no han determinado la causa de los incendios que afectaron áreas escasamente pobladas entre extensas llanuras con ranchos ganaderos y plataformas petrolíferas.
En Borger, una ciudad de 13,000 habitantes en el condado Hutchinson, Adrianna Hill describió el terror que vivió con su familia cuando las llamas rodearon la ciudad, pero afortunadamente, un cambio en los vientos les dio un respiro. Aunque asustada, Hill mencionó que la oración era su única consuelo.
A pesar de la difícil situación, se pronostican temperaturas más bajas, menos viento y posibles lluvias para el jueves, brindando esperanza a los bomberos que luchan contra el fuego en la región.
