El expresidente de Brasil Jair Bolsonaro fue interrogado el martes por la Policía Federal como parte de una investigación en torno a las acusaciones de que se falsificaron tarjetas de vacunación contra COVID-19 para cumplir con los requisitos de vacunación de Estados Unidos.
La policía no ha nombrado públicamente a las personas contra las que está dirigida su investigación, pero reportes de la prensa local han dicho que las autoridades están revisando las tarjetas de vacunación de Bolsonaro, de sus asesores y de miembros de su familia y si fueron modificadas antes de viajar a Estados Unidos.
Bolsonaro, quien llegó el martes por la tarde a la sede de la policía en Brasilia para rendir una deposición jurada, ha negado haber cometido alguna acción indebida, señalando que nunca afirmó estar vacunado ni presentó documentos que indicaran que lo estuviera. Una caravana de vehículos en la que se cree que viajaba Bolsonaro llegó al lugar a la 1:30 de la mañana, hora local, y se marchó más de cuatro horas después.
Durante la pandemia de COVID-19, el entonces presidente pasó meses sembrando dudas sobre la efectividad de la vacuna. Un comunicado policial sobre la investigación asevera que la falsificación de las constancias de vacunación pretendía “sostener el discurso con el fin de atacar a la vacuna contra el COVID-19”, pero no dio más detalles.
La declaración jurada de Bolsonaro del martes es un avance en una de varias investigaciones contra el expresidente derechista.
Hace unas semanas, la policía brasileña allanó la residencia de Bolsonaro e incautó su teléfono. Las autoridades registraron varios sitios más y ejecutaron órdenes de arresto contra media decena de personas, incluidos aliados clave de Bolsonaro. Uno de ellos fue Mauro Cid, un teniente coronel del ejército que había sido la mano derecha de Bolsonaro.
Bolsonaro dijo a los periodistas a principios de este mes que no había falsificado nada, diciendo que “no sucedió”. Señaló que no se le requirió registro de vacunación para ninguno de sus viajes a Estados Unidos. “No me vacuné, punto. Nunca negué eso”.
Bolsonaro ha viajado a Estados Unidos en al menos tres ocasiones desde que la nación norteamericana comenzó a exigir en noviembre de 2021 que los no ciudadanos contaran con esquemas completos de vacunación para poder ingresar.
Los problemas legales de Bolsonaro incluyen una investigación sobre su papel en el levantamiento del pasado 8 de enero en la capital Brasilia una semana después de la toma de posesión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Miles de partidarios de Bolsonaro irrumpieron en el Supremo Tribunal Federal, el Congreso y el palacio presidencial, buscando la destitución de Lula. Cientos de ellos serán juzgados.
El fiscal general de Brasil, Augusto Aras, dijo en abril que el exmandatario “presuntamente alentó la comisión de delitos” contra el estado de derecho, y Bolsonaro testificó el mes pasado en la sede de la Policía Federal como parte de la investigación. También respondió a preguntas de la policía sobre tres juegos de joyería con diamantes traídos a Brasil desde Arabia Saudí, dos de los cuales quedaron en posesión de Bolsonaro. Un tercer juego fue decomisado en el aeropuerto internacional de Sao Paulo.
Por su parte, la corte electoral de Brasil investiga las acciones de Bolsonaro durante la campaña presidencial, en particular sus aseveraciones infundadas de que el sistema de votación electrónica del país es susceptible al fraude. Estos actos amenazan con despojar a Bolsonaro de sus derechos políticos e inhabilitarlo para postularse en futuras elecciones.
