La sobrevida del riñón trasplantado en pacientes que obtuvieron el injerto de un donador vivo relacionado es mayor a comparación de los que recibieron el órgano por donación cadavérica, afirmó el investigador del IMSS en Jalisco, Sergio Melo Jerez.
“Cuando el riñón proviene de un donante vivo relacionado, vamos a tener una sobrevida a los 10 años del 85 por ciento aproximadamente, y si es de un 65 por ciento”, afirmó el bacteriólogo y laboratorista clínico de la División de Investigación Quirúrgica del Centro de Investigación Biomédica de Occidente (CIBO).
Explicó que la sobrevida o función del injerto dependerá de factores como aspectos genéticos, tiempos de isquemia del injerto, enfermedades de base del paciente, y neurotoxicidad de alimentos que se ingieren, entre otros factores.
El investigador del CIBO del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, señaló también que las hormonas juegan un papel importante en diversas funciones, incluyendo la renal.
“Se conocen datos de que existen reacciones del riñón hacía diferentes hormonas, por ejemplo a la testosterona, misma que se asocia a un nivel de función renal más bajo y por el contrario, los estrógenos se han postulado como factor protector”, explicó.
El también Doctor en Ciencias refirió que actualmente existe una coordinación entre el IMSS y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), para trabajar en un proyecto de investigación denominado “Fisiología del Trasplante”.
Lo anterior dada la alta prevalencia que tiene México, y concretamente Jalisco, en enfermedad renal terminal. “Estamos en una de las regiones donde más se presenta enfermedad renal, incluso en todo el mundo”.
Señaló que de acuerdo con estadísticas mundiales, esta Entidad se encuentra entre las 10 regiones a nivel global con mayor prevalencia de daño renal.
El investigador del CIBO puntualizó en que el riñón tiene diversas funciones en el organismo, una de ellas es la filtración de sustancias y proteínas, así como la regulación de la presión arterial y del metabolismo basal.
Melo Jerez recordó que cuando la enfermedad renal se encuentra en etapa terminal, no existen mayores opciones terapéuticas que ofertar al paciente, excepto por la hemodiálisis y el trasplante.
No obstante, el especialista del IMSS reiteró que el riñón trasplantado también puede sufrir patologías sin las condiciones de cuidados, como disfunción endotelial, por activación de enzimas o por fibrosis o cicatrización.
fuente: el informador