Regresar al origen sin jamás traicionarse. Lanzar una mirada al pasado y sentirse orgulloso para seguir creando. El hombre que creció viendo monstruos en el cine y ahora se gana la vida engendrando todo tipo de entes y mundos. Mucho ha pasado en la vida de Guillermo del Toro Gómez desde que era, como el mismo lo define, “un gordito que se robaba películas de los videoclubs”.
El tapatío pasó de ser maquillista del cine mexicano a uno de los cineastas más cotizados en Hollywood, algo que por irónico que parezca, nada le debe a la magia que tanto goza recreando en sus películas. Mucho trabajo, esfuerzo, estabilidad, paciencia, bilis, amor, corajes —y dinero— le ha costado el ser llamado el “rey de la fantasía” en la Meca del Cine, con una larga lista de actores deseosos de ponerse a sus servicios. Del Toro sólo se ríe cuando le dicen que es famoso. “Sigo siendo la misma persona, sólo hago mi chamba”.
Pero la constante siempre es Del Toro, hombre meticuloso a niveles increíbles. Se mete en el diseño, el guion, la dirección, el casting y hasta el armado de juguetes que emanan de la cinta. Es el creador de sus mundos… el rey de los monstruos.
Monstruos del tamaño de un edificio, robots gigantes y la humanidad atrapada en medio. Esa es la historia de “Pacific Rim” (2013), una auténtica carta de amor que Del Toro escribió y rodó, donde la influencia de “Godzilla” y hasta “Mazinger Z” es palpable en cada fotograma. La historia, cargada de momentos de emoción y batallas, le dio un nuevo aire a un género que parecía condenado a la televisión, al tiempo de contar con un elenco de lujo, donde figuraron Charlie Hunnam, Rinko Kikuchi e Idris Elba.
El espinazo del Diablo
Drama de terror con toques góticos, ambientado en un orfanato durante el franquismo en España. ¿Suena a una combinación difícil? Del Toro sorprende con una historia donde, además de salir bien librado, demuestra que es capaz de manejar con maestría un elenco con niños, logrando actuaciones redondas. Un detalle interesante es que Pedro Almodóvar fungió como productor de la película cuando estaba por naufragar el proyecto por falta de recursos.
Cronos
Una extraña historia de artefactos mágicos, juventud ficticia y hasta vampiros. “Cronos” (1993) es una película que con el paso de los años se convirtió en una cinta de culto, y donde del Toro comenzó a desarrollar muchos elementos clásicos de su mitología, así como dar con varios compañeros entrañables, entre ellos Ron Perlman (actor), Federico Luppi (actor) y Bertha Navarro (productora). También tiene el dudoso honor de ser la última que rodó en Guadalajara, antes de partir a Hollywood.
Hellboy I y II
Amores imposibles, héroes incomprendidos, el mundo en peligro y hasta una célebre borrachera con cerveza mexicana. El ADN de Guillermo está en la secuela de “Hellboy”, donde su actor predilecto, Doug Jones, interpreta a tres personajes: “Abe Sapien”, “The Chamberlain” y “Angel of Death”. El impresionante diseño de arte le valió incluso una nominación al Oscar de aquel año (2009). Tristemente para los fans del personaje, será la última que dirigió del Toro de “Hellboy”, cuyo relanzamiento ya está anunciado.
Blade
Antes de “Los Vengadores”, Spider-Man” y “The X-Men”, fue “Blade II” (2002, protagonizado por Wesley Snipes) uno de los primeros personajes de Marvel que logró éxito en la gran pantalla, logrando lo que hasta entonces parecía imposible: equilibrar la estética del cómic y de paso crear todo un mundo nuevo. Aunque no dirigió la primera parte, el sello del tapatío se siente en toda la película, comenzando por el hecho de que los villanos de la historia son unos vampiros-mutantes.
La forma del agua
Sin un nombre, pero con un aspecto entrañable. Es “La Criatura” (encarnado por Doug Jones), un ente cazado en América del Sur que se convierte en el objeto romántico de “Elisa Esposito” (Sally Hawkins). ¿De dónde viene la inspiración? Del Toro señala que su principal fuente es la cinta “El monstruo de la laguna negra” (1954), un clásico de la gran pantalla, que el tapatío vio a la tierna edad de seis años. La poderosa imagen de esa extraña criatura, incomprendida y temible se refleja en su cinta.