El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, parece haber logrado una contundente victoria en las elecciones presidenciales, mientras se enfrenta a la crítica internacional y a la prensa. A pesar de las acusaciones de ser un autócrata y un populista, Bukele se ha declarado a sí mismo como un defensor de la democracia.
Durante su discurso del domingo ante sus seguidores, Bukele afirmó que El Salvador nunca había conocido la verdadera democracia, aunque su visión sobre la democracia es poco convencional. Según él, “sería la primera vez que un partido único existiría en un sistema democrático”, y que “la oposición quedó pulverizada”.
Después de los comicios, Bukele será el primer presidente reelegido en El Salvador. Gracias a la mayoría en el Congreso y la influencia sobre el Tribunal Supremo Electoral, el presidente pudo evitar una prohibición constitucional. Según los datos preliminares del Tribunal Supremo Electoral, Bukele contaba con el 83% de los votos, mientras que su opositor más cercano apenas recibió el 7% de los votos, después de haberse contabilizado alrededor del 71% de las papeletas de los colegios electorales, aunque el proceso estuvo plagado de fallos.
Bukele se describe a sí mismo como el “dictador más cool del mundo” y se espera que fortalezca aún más su control sobre el poder. Pronostica que su partido, Nuevas Ideas, aumentará su mayoría en el Congreso, aunque sólo el 5% de los colegios electorales habían sido contabilizados el lunes. Si esto sucede, los analistas creen que Bukele podrá continuar con su controvertida campaña de represión contra las pandillas y con una reforma constitucional para permanecer en el poder, una acción que su gobierno había propuesto anteriormente.