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jueves, marzo 28, 2024
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Prevén “doloroso” aumento de tasas de la Reserva Federal

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El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, advirtió el mes pasado que los aumentos de las tasas de interés para combatir la inflación “causarán algo de dolor”. El miércoles, la población se enterará de cuánto dolor es inminente.

Ese día el banco central estadounidense se reunirá y se prevé que aumentará su tasa referencial en tres cuartos de punto por tercera ocasión consecutiva. Ello llevaría la tasa, usada para préstamos empresariales y personales, a un rango de entre 3% y 3,25%, su punto más alto en al menos 14 años.

En otro indicio de la inquietud de la Fed por la persistente inflación, se prevé que la Reserva indique que piensa aumentar las tasas a fines de año mucho más de lo que predijo hace tres meses, y que piensa mantenerlas altas por un período más largo.

Los economistas anticipan que la directiva del banco central pronosticará que su tasa referencial llegará a 4% para fines de este año y que habrá más aumentos en 2023, quizás hasta 4,5%.

Unas tasas de interés tan altas harían más probable una recesión el año entrante al aumentar pronunciadamente el costo de hipotecas, préstamos para comprar vehículos y créditos empresariales.

El banco central busca con ello enfriar un poco el mercado laboral estadounidense a fin de ponerle coto a los aumentos salariales y otras presiones inflacionarias. Sin embargo, aumenta el riesgo de que se debilite la economía y cause pérdidas de empleos.

La economía estadounidense no ha tenido tasas de interés tan altas desde antes de la crisis financiera de 2008. La semana pasada, las hipotecas a tasa fija llegaron a un promedio de 6%, su nivel más alto en 14 años. Las tasas para tarjetas de crédito han llegado a su punto más alto desde 1996, según Bankrate.com.

Powell y otros funcionarios insisten en que el objetivo del banco central sigue siendo lograr “un aterrizaje suave”, es decir, desacelerar la economía lo suficiente para inhibir la inflación, pero sin provocar una recesión.

Sin embargo, la semana pasada ese objetivo parecía un poco inalcanzable luego que el gobierno reportó que la inflación en el año pasado fue de 8,3%. Y lo peor es que la llamada inflación básica, es decir la que excluye los renglones volátiles de alimentos y energía, aumentó más de lo anticipado.

Ese reporte además detalló cómo la inflación se ha esparcido por la economía, lo que ha complicado la tarea del banco central. La inflación actualmente parece estar alimentada por aumentos salariales y el deseo de la población de gastar, en vez de las interrupciones de las cadenas de suministro como ocurrió al inicio de la recesión pandémica.

“Tratan de evitar una recesión”, estimó William Dudley, expresidente de la Reserva Federal de Nueva York. “Van a tratar de lograr un aterrizaje suave. El problema es que el espacio de maniobra para lograr eso ahora casi no existe”.

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