Jorge Alcocer, secretario de Salud, señaló que entre los diversos proyectos de vacunas contra Covid-19, las desarrolladas por Merck y Themis, AstraZeneca en alianza con la Universidad de Oxford y la de Universidad de Hong Kong son las que podrían tener mayor eficacia y por lo tanto podrían ser compradas por México.
Estas vacunas son parte del portafolio de nueve financiadas por la Coalición para la Innovación en Preparación para Epidemias (CEPI), detalló el funcionario en la conferencia de prensa diario sobre el coronavirus.
De las tres, la de AstraZeneca y la Universidad de Oxford es la única que ya está en pruebas finales, en tanto que las otras dos están en fase preclínica.
Alcocer explicó que las tres vacunas funcionan a partir de vectores virales, es decir, se generan con virus ya conocidos, pero que se les insertan genes que codifican proteínas del nuevo coronavirus.
“Los precios unitarios de CEPI están en general de 7 a 10 dólares la producción de una, pero ya en la distribución de las dosis varía el precio dependiendo de cómo se clasifica el receptor, de acuerdo a la economía del país, hay países de renta media y baja, que estaría representado México, y el 50% de la distribución de las dosis se plantea a los países de media renta y baja”, afirmó.
Además, señaló, el precio de venta de cada dosis es de aproximadamente 20 a 35 dólares.
Otras vacunas que se desarrollan son las de ácidos nucleicos que insertan a las células humanas instrucciones genéticas que codifican las espigas de proteínas del virus para proteger respuesta inmune; y las basadas en proteínas que aplican proteínas prefabricadas de coronavirus directamente en el cuerpo.
El titular de la secretaría de Salud señaló que en México se hará todo lo necesario para cubrir el anticipo, así como el costo de la importación de la vacuna, aunque hasta el momento no se cuenta con un presupuesto estimado del costo.
Aunado a esto, refirió que la meta inicial de la OMS sobre la vacunación contra Covid-19 es cubrir al 20% de la población en cada país, con prioridad
en trabajadores del sector salud y seguridad social, adultos mayores de 65 años y adultos con comorbilidades.
fuente: forbes