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¿Qué es la intersexualidad?

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La intersexualidad es una etiqueta que se aleja de otras, como transgénero o transexual. Sin embargo, para una buena parte de la población hace referencia a lo mismo o desconocen por completo su significado. En las próximas líneas te explicaremos con meticulosidad qué es, por qué deberías saberlo y algunas ideas erróneas que se tienen al respecto.

¿Qué es la intersexualidad?

Características de la intersexualidad

La intersexualidad es una palabra general que se utiliza para describir a una variedad de afecciones que se caracterizan por alterar la anatomía sexual, reproductiva, hormonal o genética de una persona. Lo anterior impide que se empleen estándares clásicos de hombre o mujer.

El término es relativamente nuevo. En un artículo publicado en el año 2006, la Sociedad Endocrina Pediátrica Lawson Wilkins (LWPES) y la Sociedad Europea de Endocrinología Pediátrica (ESPE) acordaron denominar a todas estas condiciones como trastornos del desarrollo sexual.

El uso de esta etiqueta no escapa a la polémica, ya que algunos investigadores la usan para agrupar también al síndrome Klinefelter o al síndrome de Turner. Al margen de la nomenclatura, lo importante es que la intersexualidad se caracteriza por una ambigüedad genital, hormonal o genética (esta última genera más controversia).

Por ejemplo, una persona puede tener órganos sexuales masculinos en el exterior; pero en su interior órganos femeninos (o viceversa). También puede hacer referencia a aquellos hombres con un pene muy pequeño o a mujeres con un clítoris muy grande. Un desorden en la secuencia genética puede proveer células XX (masculinas) o XY (femeninas) en la misma persona.

Clasificación de la intersexualidad

Si el uso de la terminología está sujeto a controversias, la clasificación también. Con frecuencia se hace referencia a ello como estados intersexuales.

El problema es que, aun cuando la intersexualidad ha sido el objeto de estudio de miles de científicos, en realidad es una afección que no cuenta con parámetros fijos de determinación. En muchos casos, como veremos más adelante, la asignación de la etiqueta intersexual se hace de manera subjetiva.

Seudohermafroditismo masculino

En este grupo se integran a las personas con testículos u órganos genitales que no se han desarrollado por completo. Cuenta, a su vez, con subcategorías (leve, grave o atípico).

La condición más importante de esta categoría es el síndrome de insensibilidad a los andrógenos, también conocido como síndrome de Morris. Algunas de sus características son las siguientes:

  • Vagina ciega.
  • Ausencia de vello en las axilas y en el pubis.
  • Niveles de testosterona similares a los de un hombre saludable.

Seudohermafroditismo femenino

También se conoce como hiperplasia suprarrenal congénita o, en algunos contextos, como síndrome adrenogenital. Se divide en clásico, leve, masculinizante y atípico.

Algunas características que se distinguen en este grupo son las siguientes:

  • Fenotipo con rasgos masculinos.
  • Vagina y útero normales en el clásico o leve. En el masculinizante, los genitales externos tienden a desarrollarse con una apariencia masculina.
  • Clítoris hipertrofiado.

Hermafroditismo verdadero

El hermafroditismo verdadero es una condición que hace referencia a quienes han nacido tanto con células ováricas como testiculares. De acuerdo con la evidencia, los síntomas más comunes son los genitales ambiguos, la hipertrofia del clítoris y la hipospadia (el orificio de la uretra no se encuentra en la punta del pene). En todo caso, el paciente tiene tanto testículos como ovarios.

Disgenesia gonadal

Por último, la disgenesia gonadal se refiere a una variedad de condiciones que se caracterizan por un desarrollo deficiente de las gónadas (ovarios o testículos). Los investigadores señalan que el más común de todos es el síndrome de Turner, del que ya hemos hablado, con 1 caso cada 2500 nacimientos.

Entre sus rasgos distintivos destacamos los siguientes:

  • Ausencia de pubertad.
  • Infertilidad.
  • Infantilismo sexual.
  • Ausencia de características sexuales secundarias.

Estas cuatro categorías se utilizan para describir a los casos de intersexualidad. Por supuesto, muchos de los pacientes se pueden agrupar en varias de ellas y las etiquetas a veces no son suficientes para describir los episodios de manera completa.

¿Qué tan común es la intersexualidad?

Dada la ambigüedad del término intersexual, y a que en muchas ocasiones el diagnóstico se hace de manera subjetiva, no se sabe qué tan común es la intersexualidad. La bióloga y experta en estudios de género, Anne Fausto-Sterling, propuso hace un par de décadas que el número de intersexuales podría rondar el 1,7 % de la sociedad.

Esta cifra no escapa de polémicas, ya que algunos investigadores la han criticado son severidad. Afirman que la prevalencia es menor, ya que muchas condiciones que se integran en las categorías reseñadas no se pueden considerar como parte de la intersexualidad. En este sentido, el número real podría mantenerse sobre el 0,018 %.

Es importante añadir una variable más: no todos los intersexuales son diagnosticados. De hecho, muchos de ellos llegan al final de su vida sin estar al tanto de la condición. Esto sucede con los desórdenes genéticos o aquellos en los que el desarrollo genital externo no ha sufrido alternaciones.

Ideas erróneas sobre la intersexualidad

Para cerrar este artículo sobre la intersexualidad apuntaremos algunas ideas erróneas en torno a ella. Al principio dijimos que no se debe confundir con el término transgénero transexualUn intersexual no es un transgénero ni tampoco un transexual.

Aunque es verdad que una persona intersexual se puede identificar en algún punto de su vida como transgénero, esto no implica que a todos se les considere como tales. De igual manera, las opciones de tratamiento con base en cirugías u hormonas no implica que estos pasen a ser transexuales.

Esto último nos lleva a la siguiente idea errónea: es una condición que siempre se debe tratar en la niñez. Tal y como señala Amnistía Internacional, sus consecuencias se pueden sentir en el plano psicológico, en la identidad de género, en la salud y en la vida sexual. Muchas de las intervenciones, en todo caso, son innecesarias o condicionan por completo el futuro del niño.

Otro concepto equivocado es que todos tienen apariencia femenina o andrógina. Muchos casos de intersexualidad no tienen nada que ver con la apariencia física.

Aunque hemos usado el término hermafrodita en las categorías de clasificación, es un vocablo con el que muy pocos intersexuales se sienten identificados. Su usa solo en la literatura médica.

fuente: mejorconsalud

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