La presidenta peruana, Dina Boluarte, nombró el lunes un nuevo ministro de salud ante las críticas por la gestión de su gobierno de la mayor epidemia de dengue del país.

El nuevo ministro César Vásquez es un médico y exlegislador (2016-2019) del partido Alianza para el Progreso. La Fiscalía General le puso una denuncia constitucional por el presunto delito de tráfico de influencias a inicios de 2021 – una moción que debe pasar por el Congreso antes de poder proceder penalmente contra funcionarios de alto rango-, pero meses después el Parlamento archivó la denuncia.

Vásquez reemplaza a Rosa Gutiérrez, que renunció el jueves por las críticas a su labor frente a la enfermedad vírica que ha sumado más de 156.700 infecciones y 273 fallecidos en el país sudamericano. El contagio del dengue se produce por la picadura del mosquito zancudo hembra del Aedes aegypti.

Gutiérrez aseguró semanas atrás que las cifras de dengue iban a disminuir, lo cual no ha ocurrido. En lo que va del año, han superado el más reciente pico de 2017 cuando las autoridades registraron 67.280 casos y 89 decesos.

El dengue prolifera más en zonas de pobreza en Perú, que alcanza al 27,5% de 33 millones de habitantes, y desnuda la carencia del servicio de agua potable. El zancudo coloca sus huevos en recipientes de agua o espacios con agua estancada. El 15% de los peruanos, unos cuatro millones, carece de acceso al agua dentro de su vivienda, según datos oficiales.

El gobierno atribuye el aumento de casos a un factor climático, específicamente a las fuertes lluvias de inicios de año en la costa del océano Pacífico, como las que dejó el ciclón tropical Yaku que generaron lagunas de agua en las inmensas barriadas donde no hay servicio de agua potable y donde se ha fumigado de forma tardía.

Perú no es el único país de la región en batir marcas por dengue. En abril, Argentina anunció que los casos registrados por esta enfermedad superaron los dos años previos y en las epidemias de 2020 y 2016. En febrero, Bolivia registró su peor epidemia en 15 años.

La Organización Mundial de la Salud considera el dengue como una de las diez principales amenazas para la salud pública a nivel mundial.