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¿Cómo y por qué funcionan los aceites esenciales?

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Los aceites esenciales no son aptos para el consumo; sus propiedades se aprovechan por inhalación o aplicados de forma tópica (combinados con un aceite portador). Según explica una investigación compartida en International Journal of Molecular Sciences, hay tres posibles mecanismos que explicarían sus efectos.

El primero involucra la activación de los quimiorreceptores olfativos nasales, que luego envían señales olfativas al cerebro. En concreto, provocan efectos sobre el sistema límbico, que es una región cerebral implicada en la regulación de las emociones, los comportamientos y la memoria a largo plazo.

Los otros dos posibles mecanismos abarcan la penetración directa de sus moléculas a través del nervio olfativo en áreas cerebrales y la absorción alveolar de sus compuestos en la circulación sanguínea, que parecen atravesar la barrera hematoencefálica ​​para generar el estímulo.

Ahora bien, cuando se aplican sobre la piel, se absorben fitoquímicos que son beneficiosos para la salud. Con relación a esto, una investigación en Pharmazie afirma que no hay duda de que los componentes de los aceites pueden penetrar la piel humana.

¿Cómo y por qué funcionan los aceites esenciales?

Principales propiedades de los aceites esenciales

Los efectos de los aceites esenciales varían en función de la planta de origen y del proceso de extracción utilizado durante su producción. No obstante, a nivel general, se caracterizan por las siguientes propiedades:

  • Antivirales.
  • Antibióticas.
  • Antimicrobianas.
  • Antiinflamatorias.
  • Regeneradoras y cicatrizantes.
  • Antioxidantes.
  • Adaptógenas.
  • Sedantes.

En la mayoría de los casos, estos efectos se aprovechan en sesiones de aromaterapia. La inhalación de los productos estimula la respiración, la regeneración celular, el sistema nervioso y la circulación sanguínea. Así, genera sensación de bienestar físico y mental.

Los aceites esenciales más utilizados

Se estima que existen más de 90 variedades de aceites esenciales. La mayoría se emplean en aromaterapia, pero también en la cosmética y en la industria alimentaria.

A continuación detallamos los más utilizados y sus propiedades generales:

  • Menta: de acuerdo con información en Alimentary Pharmacology & Therapeutics, este aceite relaja el músculo liso y tiene cualidades antimicrobianas, antiinflamatorias y digestivas.
  • Tomillo: se caracteriza por su potencial como antimicrobiano, antiviral y expectorante.
  • Lavanda: es uno de los aceites esenciales empleados en el tratamiento del estrés y de la ansiedad. Además, se asocia al alivio del dolor físico.
  • Orégano: la revista Molecules detalla que tiene potencial como antidiabético, antimicrobiano, antiinflamatorio y antioxidante.
  • Eucalipto: suele emplearse como coadyuvante contra las enfermedades respiratorias. Además, es idóneo para desinfectar.
  • Alcanfor: en la medicina popular se utiliza para calmar la irritación y el dolor. Las evidencias respaldan sus propiedades antiinflamatorias, insecticidas y antivirales.
  • Albahaca: exhibe actividad antiinflamatoria y antioxidante, de acuerdo con un artículo divulgado en Journal of Food Science and Technology.
  • Sándalo: aunque se aprovecha para regular el sistema nervioso, tiene potencial como aliado en dermatología.
  • Bergamota: las evidencias sugieren que contribuye al alivio del estrés y la ansiedad.
  • Rosa: se considera antidepresivo, relajante y estimulante sexual. Asimismo, es beneficioso para la salud de la piel.
  • Manzanilla: mejora el estado de ánimo y contribuye a cuidar la piel.
  • Ylang-Ylang: se usa para tratar dolores de cabeza, reducir la presión arterial y fortalecer el sistema inmunitario.
  • Árbol de té: es uno de los más populares para la prevención y el tratamiento de varios tipos de infecciones cutáneas.
  • Jazmín: se utiliza para estimular la libido, promover la sensación de calma y mejorar el estado de ánimo.
  • Limón: contribuye a la prevención de infecciones. Asimismo, se considera coadyuvante de la digestión y del sistema nervioso.

Recomendaciones para elegir los aceites esenciales

Hay varios aspectos que se deben considerar al momento de adquirir aceites esenciales. Ahora mismo, en muchas tiendas se venden diversas presentaciones que no siempre son de la mejor calidad.

Algunos no son puros y vienen mezclados con otros aceites. Y si bien pueden tener aromas agradables, no producen los efectos deseados.

Por lo tanto, vale la pena considerar lo siguiente:

  • Elegir aceites de alta pureza. Suelen tener en su etiqueta el nombre botánico de la planta. No contienen aditivos.
  • Verificar el proceso de extracción. Es destilación o prensado en frío. Si abarca otros procedimientos, probablemente no sea puro.
  • Elegir una marca de confianza. Algunas tienen larga trayectoria como fabricantes.

Riesgos y efectos secundarios

Los aceites esenciales no son la excepción. De hecho, un mal uso puede derivar en varios efectos secundarios que van de leves a graves. Los más habituales son los siguientes:

  • Erupciones.
  • Fotosensibilidad.
  • Dolores de cabeza.
  • Dificultades para respirar.

Como ocurre con sus propiedades beneficiosas, estas reacciones varían según la composición de cada tipo de aceite. De todos modos, se recomienda tener precaución en casos especiales:

  • Bebés y niños.
  • Embarazo y lactancia.
  • Insuficiencia renal, hepática o cardíaca.
  • Personas bajo tratamientos farmacológicos.

Los casos anteriores deben consultarse primeramente con el médico. El profesional determinará si su uso es seguro o si suponen algún riesgo. También puede orientar sobre cómo emplearlos.

¿Cómo utilizarlos de forma segura?

La forma más común de utilizar los aceites esenciales es a través de difusores. Estos disipan los aromas y permiten disfrutar una experiencia agradable. Asimismo, hay quienes los agregan en agua caliente para inhalar los vapores y obtener efectos similares.

Su uso tópico es de más cuidado. Es fundamental combinar unas pocas gotas del aceite (5 o 6) con una cucharada de aceite portador (15 ml) que puede ser de coco, almendras, aguacate u oliva. Este se aplica a través de masajes en varias partes del cuerpo.

No obstante, hay que tener cuidado en caso de tener piel grasa o con tendencia al acné, ya que la aplicación de aceites comedogénicos puede empeorarlo. Otra forma alternativa es agregar algunas gotas en la tina de baño o en los preparados para aplicar compresas.

Por último, se pueden agregar 3 o 5 gotas del aceite elegido en el champú, los geles de baño, las lociones y otros productos de cuidado regular. Eso sí, hay que averiguar si son compatibles.

¿Qué hay que recordar sobre estos productos?

En el mercado hay una amplia variedad de aceites esenciales con interesantes propiedades. La mayoría se emplean en aromaterapia para promover la relajación, reducir el estrés y calmar algunas dolencias. Sin embargo, pueden tener otros efectos positivos sobre el sistema nervioso, el cardiovascular y el circulatorio.

De todos modos, es importante utilizarlos con precaución, ya que pueden provocar efectos indeseados cuando se emplean en cantidades excesivas o bajo ciertas condiciones. En este sentido, conviene leer las etiquetas y seguir las recomendaciones del fabricante.

fuente: mejorconsalud

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